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Paulina Nin junto a "Cosita", en una imagen del Archivo Histórico Cedoc Copesa. También la comunicadora en una imagen de archivo de Agencia Uno.

«Cosita fue mi gran amiga… Cuando se murió a mí se me vino el mundo encima», expresa Paulina Nin

Autor: Equipo Glamorama / 22 enero, 2023

“Cosita fue mi gran amiga», partió diciendo Paulina Nin sobre la mascota que se hizo conocida acompañando a la animadora en el matinal La Mañana del Trece, que se emitió entre 1999 y 2001.

En 2002 la perrita murió. La comunicadora con más de 40 años de trayectoria ha recordado ese momento en entrevistas anteriores. En tanto, hace unos días expresó en Juego Textual:

«Una perrita que si yo la hubiera entrenado para que hiciera las gracias que hacía en televisión no hubiera resultado. Y vino para estar en este mundo lo que tenía que estar. Cinco años estuve con ella, porque el accidente fue cuando yo estaba haciendo el Arriba el Animo.

“Ella no entendía que no tenía que venir conmigo al canal, entonces yo estaba en el auto, tenía una tremenda camioneta, y ella salió disparada. Saltó, cayó mal y se pegó contra la rueda de la camioneta, que era como azotarse contra una muralla de cemento.

“Lloró y se fue al lado de la nana de nuevo. Yo me bajé, le toqué las patitas, no tenía nada, pero bajé y la dejé en el veterinario. El veterinario me dijo ‘déjala, pero se ve bien’. Olvídate cómo hice ese programa, no sabía ni dónde estaba parada, porque tenía la cabeza con ella.

“Salí rajá de aquí, llego al veterinario y me dice ‘la tengo que operar inmediatamente, porque le hicimos radiografía y con el golpe se le trizó una costilla y la punta de la costilla le perforó el pulmón’. Entonces le empezó a salir líquido de a poco, por eso no se notó altiro y el otro no la atendió altiro.

“Me dijo ‘ponla en el quirófano’’. Yo tomo a la Cosi, le digo ‘mi niña linda, preciosa’, la pongo, la perra suspiró y se murió. Me esperó. Cuando se murió a mí se me vino el mundo encima. Gritaba, decía ‘no me la toques’. La envolví, me la llevé a mi casa y empecé a buscar donde incinerarla, porque yo no la iba a enterrar.

“Así que recurrí el SAG y la puse yo en la lata dentro del horno, y me quedé las tres horas esperando hasta que me la entregaron, y me lo lloré, lloré. (Guarda sus cenizas) En una cajita de madera, que tiene un huesito que dice ‘Cosita’, el año que nació y el año que partió.

“Me costó mucho explicar, porque aquí es la maldad de la gente. Y te voy a hablar de la maldad del medio, de la maldad de animadores, de la maldad de comediantes. Que de repente tú estás viendo el Festival de Viña y sale un humorista y dice ‘hay que tener cuidado, no vaya a ser como la Paulina Nin, que le pasó la camioneta por encima a la Cosita’. Y tú dices ‘¿se habrá preocupado de saber si eso era verdad o no?’.

«Se convirtió en una leyenda urbana. Mi hijo en ese momento se convirtió como en el hombre, entonces me abrazaba y me decía ‘tranquilita mamita, ya va a pasar, en algún minuto se van a tener que morder la lengua’,

“Yo dije en el programa ‘no me pidan que sonría, porque tengo una pena enorme, porque en un accidente tonto…’ Pero no dije qué, no expliqué. ‘En un accidente tonto Cosita se golpeó y está en el veterinario, por favor rueguen por ella’. Y al día siguiente dije ‘Cosita partió’ nomás.

“Nunca expliqué, porque dije ¿por qué tengo que estar dando explicaciones? Si la pena mía me la tenía que rumiar, masticar y tragármela sola. Además la gente empezó ‘la Paulina echó para atrás’. Después dijeron que había sido el Petaccia que la había atropellado, inventaron cada cosa.

“Ahí te das cuenta que la gente no tiene criterio y que no piensa en el dolor del otro”.