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Julia Vial y su hija Julita en una foto de archivo que la animadora compartió en su instagram @juliavialc

«Me dieron el diagnóstico… Lloré toda la noche. Me levantaba, iba al canal, volvía, lloraba de no saber cómo lo iba a hacer para que ella fuera feliz», recuerda Julia Vial sobre el embarazo de su hija

Autor: Equipo Glamorama / 19 marzo, 2023

«Yo estaba sola, el tipo me estaba haciendo una eco y me dice ‘esta guagua viene con una trisomía, así que reza para que sea Síndrome de Down’», recuerda Julia Vial sobre su embarazo de su hija Julia, de doce años.

La periodista y rostro de La Red tiene también un niño de siete años junto a su marido, el crítico de cine Leopoldo Muñoz.

La pareja lleva 25 años de relación y este fue el relato de Vial sobre su hija, durante una entrevista en Buenas Noches a Todos, en TVN:

“Nosotros nos casamos y estuvimos hartos años sin tener hijos, pololeando, pasándolo bien, viajando, aprovechando de hacer las cosas que quizás más adelante no íbamos a poder hacer. Y llegó el momento en que nos planteamos ser papás y ahí empezamos a cachar que no se podía naturalmente.

“Empezamos con una serie de tratamientos y apareció mi bella Julia. Yo me cuestionaba si tenía el instinto de madre. Y de repente, cuando nació la Julia, dije ‘no es que no haya tenido el instinto de madre… Yo vine a esta vida a ser madre’. Fue reordenar mis prioridades a un nivel impresionante.

“Por edad, por todo, yo no estaba dentro del pronóstico, entonces, cuando estás esperando la primera guagua después del tercer tratamiento… Yo me fui a un viaje a Cuba y estaba justo el H1N1 y me intoxiqué en un restaurante, pero mi doctor pensó que era el H1N1, debo haber tenido tres meses y medio de embarazo.

“Y en Cuba me pasó algo curioso, porque una cubana llegó, me miró y me dijo ‘tú estás embarazada, tú sabes que en Cuba hacemos el examen que detecta si tu hijo viene o no con Síndrome de Down’, a pito de nada. Yo lo encontré como ‘¡¿qué le pasa a esta mina?!’, desubicada, ‘¿qué le contestó?’.

“Y eso fue como cuatro días antes que yo volviera a Chile, me intoxicara, me hicieron los exámenes y ahí el doctor me dice ‘esta guagua puede venir con trisomía, necesito que vayas a hacerte los exámenes’. Fue el destino que empezó a ponerme la idea de que podía tener una hija con Síndrome de Down.

“Me mandan a hacerme un examen, te topas con el descriterio de ciertos doctores. Yo estaba sola, el tipo me estaba haciendo una eco y me dice ‘esta guagua viene con una trisomía, así que reza para que sea Síndrome de Down’. Yo lo miro, ‘no puedo creer este weón, ¿por qué voy a rezar? Es mi hijo, como venga’.

“Me fui indignada, llorando, mal. Entre la impotencia de cómo me lo dijo, de esta manera tan dura y como si fuera un castigo. Después de eso me cambié de doctor, me dieron el diagnóstico final, que sí, que la Juli venía con trisomía 21. Fueron dos días que yo lloré toda la noche, me levantaba, iba al canal, volvía, lloraba.

“Pero era un llanto de miedo, de desconocimiento, de no saber cómo lo iba a hacer para que ella fuera feliz. Ese era el llanto que tenía. Y al tercer día dije ‘ya, mi guagua está acá, siente todo, no puedo seguir perdiendo el tiempo. Necesito saber cómo la puedo sacar adelante, cómo puedo hacer que ella sea feliz’. Y me cambió el switch”.