«No quiero ahondar mucho… Estamos viviendo un proceso, él está transitando una enfermedad y soy muy afortunada de tenerlo en mi casa»: Karla Constant volvió a vivir con su papá, quien cumplió 76 años
«No quiero ahondar mucho, no porque me de pena, sino que por resguardar su intimidad», comentó Karla Constant al ser consultada por la situación de su papá.
La comunicadora de 50 años partió su carrera en televisión en en 1996 en el programa infantil Pipiripao. Tiene una trayectoria en espacios de diversos estilos, en todas las franjas y es una de las conductoras más destacadas.
En una entrevista con Eduardo Fuentes en el late de TVN Buenas Noches a Todos relató la enfermedad de su padre de 76 años:
“Lindo mi papá. Lo amo. Mi papá ahora está viviendo conmigo. Yo soy mitad y mitad: la mitad de mi mamá y la mitad de mi papá, no me parezco mucho a ninguno en particular.
“Yo me quedé trabajando en UCV (al inicio de su carrera) porque él me lo dijo. Yo estaba muy conflictuada si seguir mi carrera como relacionadora pública o lanzarme a esta cuestión que era una aventura, y mi papá me dijo ‘¿qué tienes que perder? Solo ganar. Pasarlo bien. La tele. Conocer gente nueva. Hacer cosas nuevas. Hazlo’.
“Mi papá me dio ese empujón. Mi papá es súper práctico, es un hombre muy trabajador, un hombre leal, la familia es lo más importante, es gozador. Y bueno, la practicidad, eso de ‘estoy triste, pero tengo que ir a trabajar’, esas cosas las saqué de él”
Eduardo Fuentes: “¿Y él está viviendo contigo hoy día?”
Karla Constant: “O sea, tengo a cinco hombres viviendo conmigo, cáchense. No quiero ahondar mucho, no porque me de pena, sino que por resguardar su intimidad. Pero estamos viviendo un proceso, él está también transitando una enfermedad y soy muy afortunada de tenerlo en mi casa.
“Así que aprovecho de darle las gracias a mi marido, porque cuando uno tiene a un familiar, en este caso un papá o mamá en la casa, es una decisión que se toma en conjunto, y todos participaron de la decisión y estuvieron de acuerdo.
“Ha sido muy bonito para todos, sobre todo para los niños, porque ha significado poner en práctica la empatía. Yo tengo tres adolescentes y Roco, que es el más chiquitito, de siete años. Entonces practicar la empatía en todo, en poder ayudar a una persona en todo momento y estar dispuestos a ayudar a esa persona.
“Ha sido súper fluido, natural. También es natural complicarse, estoy pensando en todas esas familias que les toca pasar por este proceso. No siempre es fácil, porque las cosas son o no son, y somos seres humanos y a veces nos conflictúan hasta las tonteras más chicas.
“En mi casa eso no pasó. Aparte que tenemos el espacio, tenemos la situación para poder hacerlo. Y también quiero decirle a mi papa, que no está viendo, porque es súper nocturno, que para mí ha sido una bendición. Y hemos seguido compartiendo cosas».
