«Yo era nocturno, ella era la nena de la familia. Ella tenía 25 años, yo tenía treinta y algo…»: la historia de amor de Jorge Alís y su esposa
«Nos tomamos algo, yo la acompañaba a su casa, nos quedábamos hasta las seis de la mañana hablando. Ella vivía a la vuelta con su abuela», recuerda Jorge Alís sobre los inicios con su esposa Paula del Campo.
El comediante argentino radicado en el país, de 56 años, lleva 16 años casado con la chilena quien siempre ha mantenido un muy bajo perfil y tienen tres hijos.
Alís contó los comienzos de la relación en el late de TVN Buenas Noches a Todos:
“A Paula yo la conozco porque estudiaba tango en El Cachafaz. Pero pasa algo muy loco, porque yo voy a ver a mi abuela a Buenos Aires, porque estaba muy enferma… Que yo siento que mi mamá y mi abuela se pelean el cariño de mi corazón. Son distintas, pero con el mismo amor.
“Mi abuela, que se estuvo por morir, se mejora. Y cuando llego a Chile me llaman y me dicen que se murió. Y fue como ‘yo quiero estar del otro lado, quiero que el mundo me chupe’.
“Hay cosas que no se pueden hacer, yo no tenía visa, no tenía tarjeta, no tenía dinero ni tenía la posibilidad de que alguien me dijera ‘te llevo ahora a que vayas a estar con tu vieja, para abrazarla’ o para despedir a mi abuela.
“A mi abuela ya la había despedido. Fue la primera vez que sentí, salir del ritual del dolor y que quiero llorarla, y decir ‘ya está, ya estuve con ella, la viví toda la vida, estuve con ella ayer’.
“Estuve hablando con alguien y le digo ‘me quiero dormir ahora y despertar en dos días’. Me dice ‘yo tengo una pastilla con la cual te va a pasar eso, pero tómatela acostado’. Me la pasó y se fue. Era una ex pareja mía, buena onda, le cuento esto y me viene a ver, con mucho cariño y mucho afecto.
“Me tomo esta pastilla, comiendo en El Cachafaz y aparece Paula. ‘Hola, ¿cómo te va?’. ‘Hola flaca, se murió mi abuela’. ‘Qué pena…’. Y de repente estoy comiendo y me empiezo a dormir. Entonces Paula me dice ‘te acompaño’. Yo vivía en El Cachafaz.
“Me acompañó y en ese momento, porque nos miramos, teníamos onda, siempre tuvimos onda, pero éramos amigos. Y ‘te dejo acá, cualquier cosa…’. Y fue una cosa… El dolor de la muerte de mi abuela se sublimó con una cosa así, que me miró ella.
“Me dormí con ese pensamiento, con esa historia, y empezamos a salir con Paula. Nos tomamos algo, yo la acompañaba a su casa, nos quedábamos hasta las seis de la mañana hablando. Ella vivía a la vuelta, con su abuela.
“Y un día la llamaron a Paula y le dijeron ‘se murió tu abuela’, y yo estaba con ella. Voy a verla y fue la primera vez que yo veía a alguien muerto cercano. Estábamos a dos cuadras, fuimos y recién se había muerta la abuela, estaba una tía de Paula.
“Y la ‘Picha’, la abuela de Paula, que la quería mucho y ella también me quería mucho a mí, a pesar de la diferencia que yo tenía con Paula en ese momento. Yo era nocturno, ella era la nena de la familia, ella tenía 25 años, yo tenía treinta y algo. Entonces había mucho cariño con esa abuela.
“Y qué loco, fue una devolución de ella de haber estado conmigo en ese momento y que yo haya podido estar con ella cuando se murió la abuela. Y mi hija nació el siete de agosto, el día que cumple años mi abuela, que es una conexión muy linda”.
