«Miserable de alma», «sigue haciendo pedazos a la gente», «Sergio Rojas inventa esta mentira por lo picado que quedó», responde Fabricio al opinólogo
«Así son los miserables de alma», responde Fabricio Vasconcelos al periodista y opinólogo Sergio Rojas quien, en su programa Que Te Lo Digo, aseguró que el bailarín de 43 años le hizo un supuesto desaire a José Miguel Viñuela y a algunos asistentes al show de ex figuras de Mekano que se celebró hace algunos días en la Cúpula del Parque O’Higgins. Cómo «muy levantado de pompas» calificaron en QTLD a Vasconcelos y de «muy mal educada» a su esposa, la también bailarina Mariela Román.
Fabricio desmiente la información y contesta con dureza a Rojas.
En un posteo que da cuenta de los dichos del periodista y publicado en el Instagram de Glamorama. Estas son parte de las frases del bailarín, con la exclusión de las palabras de mayor ofensa contra Rojas:
«En general no respondo a comentarios de personas estúpidas o de personas que no me conocen. Pero allá va… Este evento fue mágico, hermoso, mucho cariño por ambos lados, del público hacia mí y de mí a la gente. Un día familiar donde estaba con mi hija y mi mujer, Mariela, que es un dulce con la gente. Realmente que diga eso de ella demuestra la mentira de este personaje…
«Eso se genera en particular por no haber saludado a una sola persona, a esta basura llamada Sergio Rojas, solo a él, a nadie más. Se sintió pasado a llevar por que yo no le di importancia a su miserable presencia y no lo salude a él y solo a él. Solo por este motivo inventa esta mentira, por lo picado que quedó. Así son los miserables de alma…
«Si miran su carrera, sigue después de 25 años haciendo pedazos a la gente, trabajando en ‘televisión’…
«Ahora dirán ‘tú también sigues bailando todavía’. Y sí, es verdad, lo hago por placer, no tengo la necesidad, me encanta este cariño todavía de la gente.
«Quisiera escuchar a cualquier persona que estuvo en este evento, que se encontró conmigo y no logró su foto o saludo mío o de mi esposa… Este personaje sigue viviendo en su mundo de miseria, tratando de hacer la vida de otros también miserables. La mía no la hará. A mí no me importa nada. Me importa mi familia, la gente que me quiere.
«Ojalá este mensaje te llegue para darte de comer un día más, resentido social…»