«Me tocó hacer desfiles modelos-futbolistas (en la discoteque Kmasú). Y estábamos Pamela Díaz, varias chiquillas. Y nos mezclaron con todos los futbolistas en el camarín…», relata Adriana Barrientos
“A mí me daba ‘vale futbolista’… El vale por un futbolista”, bromeó Adriana Barrientos recordando la empresaria María Meneses, conocida como «La Tía Mane», quien fue dueña de la discoteque Kmasú, donde asistían modelos y jugadores en la década del 2000.
Esto fue parte del diálogo referido en un capítulo de Zona de Estrellas, donde la comunicadora del ámbito de la farándula es panelista:
Hugo Valencia: “¿Cuál era la discoteque de moda el 2007 en Santiago?”
Cecilia Gutiérrez: “No me acuerdo. Pero iba mucho para Kmazú, Estación 21…”
Adriana Barrientos: “La Tía Mane”
Gutiérrez: “La Tía Mane, como éramos periodistas, nos recibía, invitaba. Uno llegaba y te daba vale de comida, de copete, de todo”
Barrientos: “A mí me daba ‘vale futbolista’… El vale por un futbolista”
Risas.
«Yo estaba con Tía Mané desfilando. Y ahí me tocó hacer desfiles donde la Tía Mane. Hacer desfiles modelos-futbolistas. Y estábamos Pamela Díaz, varias chiquillas del espectáculo. Y nos mezclaron con todos los futbolistas en el camarín. Y ahí salimos todas con teléfono.
«Y había unos futbolistas que tomaron la costumbre de pagarle a la Tía Mané para que nos llevaran a modelar. Entonces, los futbolistas no se atrevían a acercarse a una. Le decían ‘Tía Mane, quiero que lleve a desfilar a la Pamela’. Y estaba trabajando en el programa de farándula, en el SQP. ‘Yo la quiero ver, Tía Mane. Que vaya en colaless… Que vaya en colaless, Tía Mané’. Y les decía ‘bueno’.
«La Pamela cobraba, en ese tiempo… Creo que a varias de nosotras nos pagaron un millón de pesos cash, en efectivo, por desfile. Y nos juntaban con la Pamela a desfilar. Y no es que la Tía Mané tuviera el presupuesto. Era que había algún cabro arriba…”
Raquel Argandoña: “¿Y qué más tenían que hacer?”
Barrientos: “Nada. La Tía Mané hacía lo siguiente: agarraba, nos metía en el camarín, nos hacía desfilar. Terminábamos de desfilar y volando para la casa, porque si alguna de nosotras se mezclaba con alguno de los futbolistas se acababa el negocio. La verdad es que todas terminábamos ese desfile y agarrábamos nuestras cosas».