«Insolente el w…», «sentí que era un menosprecio»: el quiebre que vivió Fernando Solabarrieta con su hijo Nicolás
«Nunca en nuestra vida había pasado algo parecido», dice Fernando Solabarrieta sobre el quiebre que vivió con su hijo Nicolás. El periodista deportivo de 53 años y su hijo ex futbolista de 27, que se hizo conocido en el reality Tierra Brava, contaron la separación de dos meses que pasaron el año pasado y lloraron en Podemos Hablar, donde Julio César Rodríguez tampoco pudo contener las lágrimas.
«El Nico» se fue becado, a jugar fútbol y estudiar Ingeniería Comercial en Administración de Negocios. En 2018 se graduó, pero siguió como futbolista en diferentes clubes, hasta que se «desilusionó» y partió a hacer una pasantía en un banco en Dubai. Duró 25 días.
El joven recibió una oferta para entrar al show de telerrealidad de Canal 13. Estaba por aceptarla y llamó a su papá para contarle. Fernando no estuvo de acuerdo. Lo encontró «peligrosos desde lo farandulero», «no apropiado para él», «estaba preocupado porque la gente de los realities nunca sale bien parada», contó el marido de Ivette Vergara.
La conversación por teléfono se transformó en discusión. Se calentaron los ánimos. «Le dije ‘mira, ¿sabí qué?, si voy a entrar al reality no te voy a preguntar, te lo voy a informar», recuerda el chico. «Insolente el w…», comentó, en tono de simpatía, Fernando en Podemos Hablar.
«Me dolió que me dijera que yo en qué momento pasé de ser un estudiante, de la universidad, a querer entrar a un reality show. Como que para él era una tremenda decepción. Me molestó mucho. Sentí que era un menosprecio», explicó el hijo.
Terminaron enojados. «Si él no me llama, yo no lo voy a llamar», «es el hijo quien tiene que dar el paso», decidió Fernando.
El comentarista deportivo sufría pero no daba su brazo a torcer. Nicolás se vino de Dubai, firmó con Tierra Brava y, antes de viajar a Perú para las grabaciones, decidió hacer las paces. «No quiero entrar peleado contigo porque para mí sería muy incómodo. Nosotros siempre hemos tenido una relación muy buena. Te amo y sería muy complicado entrar así, porque yo tampoco estaría bien adentro si nosotros estamos mal afuera», le dijo al padre.
«Yo estaba teniendo una postura muy rígida y cuando él da el paso me emociono y me va a ver. Fue muy bonito», concluyó Fernando, con un nudo en la garganta.
