«Decidí en un minuto clave en mi vida cortar todas las cosas que me hacían daño y también cortar a las personas que me hacían mal…», reflexiona Jordi Castell
«Hay ciertas personas con las que no quiero volver a hablar. Con todo el cariño las dejo ir y con cero rabia y cero odio», expresa Jordi Castell en una transmisión en vivo que quedó guardada en su cuenta Instagram.
El fotógrafo y comunicador de 55 años menciona pérdidas y se refiere a su proceso de «limpiar y sacarme los pesos de la espalda».
Estas son sus palabras:
“Tengo que contarles la razón por la que hice este live, que me parece muy importante. Voy a hacerles un par de confesiones que a lo mejor no les van a gustar a ustedes, pero tengo que hacerlo como para someter a modo de introducción lo que vamos a hablar hoy día.
“Me separé hace un tiempo y, cuando uno toma decisiones drásticas, que quizás van a dar un giro en la vida, también tienen que ver con una revisión. La forma más compleja de avanzar y uno tener bienestar, es conocerse y convivir con uno mismo.
“Hace tres años murió mi abuelo, todos lo saben y yo soy el que más lo sé. Mi abuelo no fue mi abuelo, fue mi papá. Cuando él murió hubo un antes y un después en mi vida, y yo ahí decidí empezar a limpiar y sacarme los pesos de la espalda.
“A dejar de ver gente por compromiso. A evitar a las personas que yo sentía que me tiraban para abajo, que me aplastaban. Y el año pasado cuando me separé dije ‘ahora es cuando, es el momento’.
“Entonces lo primero que hice fue hablar con mi santa madre, con todo lo que la quiero, pero un poco explicarle porque yo hay ciertas personas de mi familia que no quise ver más. Y si hay alguien de mi familia viéndome, les pido perdón por nunca más haber llamado y nunca más haber ido a sentarme a la mesa con ella.
“Pero parte de esas decisiones tenían que ver con salvarme de un tipo de vida que no me gustaba. Y era tener que estar escuchando gente que habla de cosas negativas, pesimistas, de fatalismos y que básicamente conectan con las cosas que se muestran en la televisión abierta, con las versiones exageradas de violencia y de sensacionalismo, con las que yo no conecto ni comparto.
“Lo asumo, probablemente yo no tengo la capacidad y probablemente estoy desarrollando alguna discapacidad ligada al Asperger, vayan a saber ustedes. Pero hay ciertas personas con las que no quiero volver a hablar. Con todo el cariño las dejo ir y con cero rabia y cero odio.
“Pero decidí en un minuto clave en mi vida cortar todas las cosas que me hacían daño y también cortar a las personas que me hacían mal. Y esas personas hablan todo el día de lo que ven en televisión, pasan enfermas, entonces por ende, hablan solo de remedios, de doctores, de especialistas.
“A mí, si me duele la cabeza, me tomo un vaso de agua. Si me duele la espalda voy al gimnasio, o salgo en bicicleta o doy un paseo con mi perra.
“Desde la ignorancia, y estoy hablando esto súper de guata, porque fue algo que decidí, que hablé con mi mamá, con dos o tres personas cercanas, y por suerte esas personas entendieron que tenía que ver un proceso mío de sanación.
“Yo decidí renunciar a muchas personas. Y fueron hartas. Entre ellas, bueno, ustedes ya lo saben. Y los mandé a todos a la mierda, porque sentí que era la única herramienta que yo tenía como para poder vivir la vida que quiero, que es la que estoy viviendo ahora.
“Tener un bienestar que no tenía y que sabía que lo iba a tener solo rodeándome con gente que haga las mismas cosas que yo. Y curiosamente en tiempo récord lo logré”.