«Yo vine a este país a ser conocida, a ser exitosa y a tener plata. Y siempre me he enfocado en eso…», expresa Betsy Camino
«Yo vine a este país a ser conocida, a ser exitosa y a tener plata (ríe). Y siempre me he enfocado en eso. Entonces no me puedo detener en lo que los demás dirán”, afirma Betsy Camino.
La bailarina de origen cubano llegó a Chile en 2014. Luego participó en Morandé con Compañía y comenzó a figurar más en los espacios de farándula y espectáculos en 2017 por su entonces romance con Julio César Rodríguez.
En febrero de 2018 fue la candidata de Canal 13 a reina del Festival de Viña y ganó la corona. Luego ha participado en diversos programas.
En une entrevista en el portal Tiempo X Camino habló de su llegada al país:
¿Hace cuántos años llegaste a Chile?
Betsy Camino: “El 2014, ocho años más o menos. Llegué justo para Fiestas Patrias. Me trajeron el 11 de septiembre, para que me adaptara. El 14 partió el webeo y no paró hasta el día 22. Con harto carrete. Pero vomitaba mucho. Vomitaba por el agua, la encontraba demasiado fuerte. Ahora me encanta, pero cuando llegué decía ‘que agua tan asquerosa’.
“También me daba dolor de cabeza ver tanta comida en la mesa. En mi país no repites. Es una cosita, un poquitito. Era mucho, entonces era un estrés de entender al chileno, y el chileno con copete yo no entendía nada. Fue fuerte al principio. Fue lindo, pero fue una experiencia fuerte al llegar. El frío también”
¿Viviste racismo?
“Cuando yo llegué no había negros, no había muchos inmigrantes y el chileno a mí me dice ‘morena’. En mi país ‘negra’. No viví mucho racismo, pero sí viví ese tema de inmigrante para las audiciones. ‘¿De parte de quién vienes?, ¿en qué escuela estudiaste?’.
“Yo soy bailarina profesional, pero acá como no estudié ni me gradué con ningún maestro conocido, no me pescaban mucho. No puedo decirte que era ‘por negra’. No fue tanto por ahí, era más por ser inmigrante”
Porque al inmigrante italiano no le pasa lo mismo que al cubano.
“No. Es que el inmigrante italiano no es inmigrante, es italiano. El hatiano es el inmigrante. El venezolano es el inmigrante. Es diferente. El ruso también es ruso, no es inmigrante”
¿Y en la televisión tuviste esos problemas?
“Yo partí como bailarina en Morandé con Compañía y no sufrí de eso tampoco, de negra ni nada. Pero sí el tema de la envida, porque yo entré por un reemplazo y la persona que se fue de vacaciones nunca más volvió a Morandé. Yo entré de prueba y quedé, entonces había un temita.
“Pero si tú me preguntas si fue fuerte o algo que lloré, no. Yo estaba tan enfocada y agradecida de tener esa oportunidad, que si se habló mucho o poco no te supiera decir. Que el ambiente en momentos estaba un poquito denso, sí.
“Pero no te puedo hablar tampoco de una mala experiencia, porque yo vine a este país a ser conocida, a ser exitosa y a tener plata (ríe). Y siempre me he enfocado en eso. Entonces no me puedo detener en lo que los demás dirán”.