«Un día me llaman por teléfono y me dicen ‘hola, ¿tú eres Adriana?… Estás con mi marido'»: la sorpresa que se llevó Adriana Barrientos durante su «pololeo» con el ex futbolista Diego Rivarola
«Resulta que antes que se fuera yo me casé con ella, pero ya no estoy con ella. Hace seis meses que se fue a vivir a Argentina. Yo estoy en Chile. Pero yo te quiero. Ella está media loca». Esto afirma Adriana Barrientos que le respondió su entonces pololo, el futbolista argentino que jugaba por la «U» Diego Rivarola, cuando la chilena recibió la llamada de la esposa del deportista. La «leona» afirma que por esos días ella mantenía una relación con Rivarola, la cual nunca hicieron pública, y que él jamás le contó que estaba casado con la mujer que, entonces, vivía al otro lado de la cordillera.
Barrientos reflotó y explicó en profundidad el romance que ya había hecho público en 2016 en el matinal de Chilevisión. En Zona de Estrellas, donde es panelista, detalló:
“Corría el año 2004 y yo trabajaba como modelo de alta costura. En uno de los desfiles había futbolistas y me tocó desfilar con Diego Rivarola. Por supuesto el caballero me pidió el teléfono. El era bien estupendo, bien entrador, yo tenía 24 años.
“Me dice ‘el fin de semana tengo un partido, ¿me quieres venir a ver al estadio?’, y me pasa dos entradas. Yo sentada donde se sientan todas las esposas de futbolistas, cartera en mano, la modelo del matinal Buenos Días a Todos.
“El hombre mete un gol, se agarra de la reja y me apunta con el dedo, el gol dedicado a mí. Yo no lo podía creer. El segundo gol lo metió conmigo… Porque me dice ‘te dediqué un gol, ¿vos querés ser mi polola?’.
«¿Qué crees que le iba a decir yo a Diego Rivarola?. ‘Mi amor, yo te amo’… Vamos pololeando, viejo. Un pololeo maravilloso de cuatro meses… Yo tenía 24 años, una niña del sur, una niña que no tenía contacto con gente famosa, y a este cabro íbamos por el Parque Arauco y la gente le pedía fotos. Yo estaba impactada.
“Yo feliz con Diego Rivarola, encantada de la vida. Le presento a un par de amigas y una amiga un día me dice ‘oye, pero él tenía una relación bien larga hace un tiempo atrás con una niña’. ‘Ah, pero debe haber sido argentina y él ahora está en Chile’. ‘No, si era chilena. No estoy bien segura, pero según lo que me había contado ella, antes de que ella se fuera a Argentina… Ellos se habían casado’.
“Compadre, un día me llaman por teléfono, contesto, y me dicen ‘hola, ¿tú eres Adriana?’. ‘Sí, con ella’. ‘Hola, tú hablas con…’. No recuerdo cómo se llama la mona. ‘Estás con mi marido’. ‘Perdón, ¿de qué estás hablando?’.
“‘¿Tú estás con Diego Rivarola?’. ‘Estoy todos los días con Diego. Y hace mucho tiempo estoy con él, así que ridícula, déjate de molestar’. Corté el teléfono. Pero me coincidió con lo que me habían dicho.
“Me llama el hombre: ‘Adriana, tengo algo que contarte’. Yo dije ‘no, no te creo’. Típico: ‘Resulta que antes que se fuera yo me casé con ella, pero ya no estoy con ella. Hace seis meses que se fue a vivir a Argentina. Yo estoy en Chile. Pero yo te quiero. Ella está media loca’.
“‘¿Sabes qué, compadre?. No. O sea, tú estabas casado y me estás exponiendo a mí a una situación de este tipo. Compadre, agarre sus cositas y esto se terminó. Nosotros llegamos hasta acá’.
“Y ahí quedó ‘Goku’. Años después supe que se reconciliaron, volvieron, ahora son papás y son una familia feliz. Lo cuento porque él en un programa dijo que ellos habían estado separados un tiempo por una confusión, un malentendido. Pues el malentendido está hablando aquí”.
